El miércoles en la conferencia que dio Amalia Descalzo en el museo del traje, observé que el contexto sociocultural en el que le tocó vivir a Balenciaga influyó mucho en su forma de diseñar.
Nació en España, pero la guerra civil Española le obligó a marcharse a Paris. Allí fue donde empezó a ser conocido mundialmente. Es probable que hubiese pasado desapercibido si no le toca vivir aquella terrible circunstancia. Sin embargo sus diseños están impregnados de todo lo Español, de la época del majismo con los boleros bordados, el uso del encaje y el color negro profundo típico de esa época. De los cuadros de Goya y Velázquez.
El aspecto humano y social se refleja en todo momento en sus diseños. Su austeridad se ve en la sencillez y minimalismo de sus vestidos de corte impecable y tejido excelente, pero nada de adornos ni florituras, muy en consonancia con su forma de ser, porque era serio, perfeccionista y persona de pocos amigos.
La silueta típica de Balenciaga es un vestido ahuecado, muy desprendido del cuerpo, tipo kimono Japonés. También utiliza la manga japonesa prácticamente siempre.
En 1957 hace el vestido-saco como paso siguiente a su línea barril, y crea el vestido-camisa, que se anticipa al baby doll de 1958 y es un vestido de forma trapezoidal.
Revoluciona completamente la moda del momento con éste vestido-saco, que sale en todos los periódicos. Sobre todo porque esta moda no gustaba nada a los hombres, ya que no dejaba ver los contornos femeninos, y los hombres no entendían porqué a las mujeres les gustaban tanto esos vestidos que ellos consideraban eso, un saco.
Ningún modisto se había atrevido a eliminar de esa forma el talle y la cintura en la moda de occidente. Era además contrario a la moda que se llevaba en el momento, la de Cristian Dior, que acentuaba el talle y lo marcaba exageradamente.
Yo creo que el aspecto humano y social se refleja en todo momento en sus diseños. En la católica y tradicional España estaría mal visto marcar tipazo con los vestidos, ostentar o ir demasiado adornada. Hay que colocarse en la mentalidad de la época. Puede ser que por eso diseñara esos vestidos sencillos y maravillosos, siempre alejados del cuerpo de la mujer.