EL BIQUINI

Ahora que viene el verano considero imprescindible hablar del bikini. Apareció en el año 1946 y lo inventó un francés llamado Louis Réard. Formaba parte de su colección de baño, pero no tuvo ningún éxito. Se consideró completamente escandaloso, hasta el punto de que ninguna modelo lo quiso lucir y tuvo que contratar a una bailarina de streptease para presentarlo. En realidad estas modelos hicieron bien porque en aquella época hubiera supuesto el fin de su carrera si se lo hubieran puesto.

Louis Réard le llamó bikini como el atolón del pacífico donde se realizaban ensayos con la bomba atómica. Por eso le puso ese nombre, porque aquello iba a ser la bomba.

Hasta finales de los 50 no empezó a verse en las playas de Francia e Italia. En la casta España tardaría diez años más.

Los primeros bikinis eran muy recatados al lado de los de hoy en día. Las bragas tapaban el ombligo y parte del muslo, y los sujetadores eran enormes y con ballenas y aros. El tanga no apareció hasta los 80.

¡Como cambian los tiempos! Lo que hace 64 años causó tanto revuelo ahora se considera incluso recatado. Ahora la moda es ir en tanga y top less.

CUESTION DE ESTILO

Hace 15 días que tengo mi blog abandonado. Se nota que ha empezado la temporada alta, y también debido a mi asistencia a Cibeles Novia. Cuento solo un pequeño inciso que se me ha ocurrido a propósito de la forma de hablar de las personas, que en realidad tiene mucho que ver con la elegancia.

Si quieres tener estilo y ser elegante no solo tienes que prestar atención al vestuario, la peluquería y el maquillaje, sino también al lenguaje. ¿No has oído nunca el dicho “por la boca muere el pez”? Se puede descubrir enseguida de donde procedes por la forma de expresarte. Mira el del anuncio de “pe..si” donde el chico dice que no sabe pronunciar la “p” porque es de Fuenlabrada. Hay que hablar con propiedad. Cuidado madrileños, como digas “ejque…” la has “fastidiao”. No entrarás nunca en el club de los más distinguidos.

Hay muchas celebrityes que han tenido que aprender a hablar con propiedad asistendo a expertos en dicción y logopedas. Han hecho muy bien porque podían haber dado al traste con su imagen si no hubiesen prestado atención a su lenguaje.