El comienzo de la pasarela Cibeles
ha sido fantástico con el desfile de
Roberto Verino, que se dividió en tres partes perfectamente diferenciadas. En
una pasarela adornada con palmeras, primero pudimos ver diseños tipo amazona en
colores beiges y tierras muy de sport. Después pasó a una segunda parte en la
que predominaban los colores grises, con atuendos más para ir a la oficina,
para finalizar con tonos negros más de fiesta o de noche.
Lo mejor las maletas de viaje,
pero eran tan bonitas, tan bonitas que si yo tuviese una, tendría miedo de que
me la robasen, no por lo que llevase dentro, sino por la cubierta externa.
Ahora que para viajar en coche, o llevar maleta en la cabina de un avión,
siempre vigilada, son perfectas.
A destacar las chaquetas con
puños y bajos con volantes que eran preciosas.
Toda la colección ha sido muy
“ponible” al mismo tiempo que llamativa, y estilísticamente muy bien trabajada.
Me encanta Roberto. Me alegro
mucho de que haya vuelto a la pasarela.
Más tarde estuve en el desfile de
Andrés Sardá. Sobre una pasarela adornada con un suelo con dibujo de mosaicos,
vimos una colección muy inspirada en Egipto. Los bañadores y bikinis que
presentó eran muy comerciales, en lisos y estampados de flores y rayas. Lo que
hacía respirar ese aire egipcio eran los complementos que lo acompañaban.
Modelos subidas en unos inmensos topolinos, con capas y abrigos de gasa haciendo
drapeados y abullonados, con largas colas en diversos colores, y las cabezas
adornadas con capuchas, tocados y
sombreros egipcios.
No os puedo mostrar ninguna foto porque olvidé mi cámara.
No os puedo mostrar ninguna foto porque olvidé mi cámara.
No tuve oportunidad de ver el
desfile de Jesús del Pozo que también desfiló por la mañana. De momento no
sabemos quien se ocupará del futuro de la casa. Si será un diseñador o lo seguirá haciendo
su equipo de trabajadores.
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