Me ha encantado escuchar a Maya Hansen, diseñadora de corsés, decir en televisión que en España no hay ninguna escuela de moda donde enseñen a hacer corsés. ¡Claro! Como lo van a enseñar si los profesores no saben como se hace.
Os quiero contar lo que me ha ocurrido a mí. En Madrid solo hay una escuela pública donde se pueden cursar estudios de grado de “diseño de moda” desde el año pasado. Hasta el momento los estudios oficiales de diseño de moda consistían en una serie de cursos o módulos que se podían hacer en esta escuela. Los profesores aquí son contratados a través de una oposición a la que han tenido que presentarse previamente. Si apruebas y sacas la plaza o plazas ofertadas pasas a ser funcionario de carrera. En caso contario puedes tener la suerte de pasar a formar parte de una lista de interinos que serán los que hagan las sustituciones de profesorado si alguien se pone enfermo, o cubran un puesto de profesor si no hay ningún funcionario disponible para hacerlo.
Resulta sorprendente que cuando un interino es llamado a ejercer alguna sustitución, como ha sido mi caso, según el real decreto 363/2004 vigente hasta el momento, solo pueden impartir clase en esta escuela los interinos que tengan el titulo de bellas artes, y los que posean el título de diseño de moda oficial, expedido por el ministerio de educación, es decir por éste instituto. Si has estudiado diseño de moda en una escuela privada, ese título no te sirve porque no está homologado. Tampoco vale mi título de pedagogía, ni el de formación profesional en la especial de moda y confección que también tengo, ni los 22 años de experiencia profesional haciendo vestidos para mis clientes, ni el haber trabajado como profesor en una escuela de diseño privada.
Que pena, parece que las autoridades en educación consideran que sobre el diseño de moda saben más los licenciados en bellas artes, y además lo enseñan mejor. ¿Consideran que los pedagogos no saben enseñar? ¿Consideran que los profesionales de FP en moda y confección no saben nada de diseño de moda, ni de cómo se hace un vestido? ¿Consideran que la experiencia profesional no sirve para nada?
En esta escuela pública donde se imparten estudios de diseño de moda les voy a decir lo que enseñan: a dibujar figurines muy bonitos y coloreados, pero los alumnos no aprenden allí cómo se hace un vestido. Eso si, aprenden a dibujar de maravilla. Si van a ser diseñadores de moda ¿Cómo es eso posible? Los diseñadores de moda se dedican a hacer vestidos, que yo sepa. Los dibujos les van a servir de poco para hacerlos, en cambio aprender patronaje y confección les va a servir de mucho para ir con sus colecciones a las pasarelas o a las tiendas. Además en esta escuela tienen un taller de confección maravilloso con muchísimas maquinas de coser, mesas de corte y demás como en pocas escuelas he visto. Allí es donde me examiné de la oposición y cuentan con medios de sobra.
No conozco a ningún diseñador de los de verdad, no de los que tienen solo un título, que se dedique a dibujar muñecas maravillosas a todo color en láminas perfectamente limpias. Al contrario, dibujan bocetos de sus colecciones en cuadernos bastantes cutres y “guarrindongos”, por cierto, para que no se les olvide la idea que ha surgido en ese momento. Láminas de muñecas maravillosas solo dibujan 2 ó 3 como mucho, como carta de presentación de la colección. Eso los diseñadores pobres, porque los ricos le encargan esos dibujos a un ilustrador de moda.
Teniendo en cuenta que vivimos en un mundo cada vez mas competitivo y exigente, donde la alta productividad es básica para las empresas, creo que la escuela pública debería por lo menos preocuparse de ofrecer una oferta educativa acorde con lo que pide el mercado de trabajo, y olvidarse de enseñar conocimientos poco prácticos e improductivos para las empresas contratantes.
España desgraciadamente es un país especialista en lanzar al mercado de trabajo, profesionales que no tienen ni idea de cómo ejercer su profesión. De ahí viene esa falta de productividad de la que tanto se habla. Ese trabajar tantas horas para rendir muy poco. A ver cuando empezamos a cambiar, y se empiezan a hacer las cosas con más sentido común.